jueves, 12 de diciembre de 2013

Para no extrañarte



Para no pensarte abro los ojos
y me obligo a mirar esta ciudad
desnuda de tu sombra.

Para no nombrarte me golpeo
las ganas con el frío de un
adiós sin fecha de caducidad.

Para no tenerte
anclado entre las cejas
arrojo los recuerdos a un vacío
sin nombre y sin estrellas.

Para no extrañarte
repito que no existes,
que no eres,
que no aguardas, que no estás.
Y entonces como nunca,
más que siempre,
te echo en falta.

jueves, 13 de junio de 2013

La ladrona



He contemplado la muerte 

rondando por mi casa, 

se cierne sobre el aire que se agita

justo encima de mí...

no sé si lo que busca 

es asustarme

o untarme de tristeza,

o si jugar tal vez, 

a que la veo

y ella me ve 

y me acecha, 

mas no puede tocarme.



Tal vez crea que roba aquello que más quiero

y no sabe que nada de lo que ha sido mío

podrá jamás asir entre sus garras, 

que no tiene poder para arrancarme 

ni un soplo de mi amor,

ni un átomo de sueño,

ni una mísera pizca de mi arte...



Ella cree que roba, 

y se ha llevado 

pedazos de mi ayer, 

de mi mañana...

algunos trozos rotos de un espejo,

una lámpara gris que ya no alumbra...

y unos cuantos pinceles empastados y viejos.



Cree que roba y ríe silenciosa

se regodea en sus malditos triunfos 

pero no sabe 

ni siquiera intuye

que lo que se ha llevado

aún lo sigo teniendo. 












martes, 11 de junio de 2013

FORTUNA


Desde mi tumba oigo los juegos de los niños 

y los ladridos del perro. 

Es una suerte, amada, que me enterraras en el jardín. 


LA RECOMPENSA



La escalera parecía alta desde abajo. 
Pero el mundo se volvió infinito desde arriba...


domingo, 9 de junio de 2013

DICOTOMÍA


Él la busca en el fondo de una copa. 

Mientras, ella lo olvida al fondo de un cajón: 

el de los calcetines sin pareja. 



Reflejo


Su compañero de viaje siempre le esperaba en los lindes de la pecera para dar una vuelta redonda. Junto a él se sentía menos solo.


Arcoíris.


Las nubes se rasgaron las vestiduras pero no reivindicaron nada.
Simplemente dejaron pasar un arcoíris. 



lunes, 13 de mayo de 2013

Desconocido...




Desconocido es este miedo para mí y en él no me reconozco. 
Desconocida la certeza de abandono 
y el trémulo temblor de estas verdades 
que desencajan el universo a nuestro paso. 
Ignoto el despertar de una demencia engendrada en falacias, 
Incierta lucidez que ya me alcanza 
desdibujando la senda de mi huida, 
me golpea en la frente, 
y me cubre de oprobio. 


Desconocido este lobo que me aúlla a orillas del camino,
presagio de naufragios, 
recuerdo de lo frágil de todo fundamento, 
lo irremisible de la muerte, 
lo grotesco de la vida, 
y el espanto brutal del desarraigo. 


Desconocida toda yo, ante el espejo, desnuda. 
He dejado olvidada en un lejano desván toda la ropa 
y me enfrento al vaticinio del final de todos los finales, 
sacrificado el amor ciego en un altar, 
callado para siempre su motivo. 
Poblada de dolores mañaneros, 
acontece en mi vientre 
el parto natural del extravío, 
impía locura, 
que se hace silencio en mis pupilas 
y bramido feroz en la cabeza 
que estalla en mil pedazos. 
Es el alma inocente deshecha en llanto. 

lunes, 6 de mayo de 2013

Quienquiera que seas


Quienquiera que seas 
has ido tan lejos 
dentro de mi reino 
tan hondo 
has penetrado en mis tierras 
que ya no hay secretos para ti, 
mi dueño, 
no tengo ni un solo refugio en tinieblas, 
desnudas mi alma con solo mirarme 
mi infierno y mi cielo 
conquistas, 
quienquiera que seas. 
Quienquiera que more dentro de tu pecho 
conjuras mi dicha 
con magia tan cierta, 
ahuyentas el miedo, despliegas mis alas, 
silencias el mundo 
sin hablar siquiera. 
Detienes el péndulo que 
acompasa el ritmo 
de nuestro universo, 
quienquiera que seas. 


Quienquiera que sea el que ha sembrado rosas 
en el abrojal 
que cercaba mi celda, 
y ha mudado en lilas, azules y blancos 
los grises y endrinos y pardos 
de mis tardes lentas. 


Quienquiera que fuese 
el guerrero errante que empuñó la espada 
de fuego, y sin tregua 
combatió a los mismos enemigos míos 
y alcanzó en mi nombre 
la soñada estrella. 

Quienquiera que hollara 
a la hermética cámara 
El camino perdido, 
ha devuelto la lumbre a mi hogar 
verdadero, 
la llama del fuego sagrado 
ha encendido, 
y otrora olvidadas vestales regresan 
a guardar el nido. 
Quienquiera que seas…

La Tierra y el Cielo has unido. 


Quienquiera que seas, amor,
has hallado 
la fuente secreta que guarda el misterio, 
y alzaste la torre que encierra la joya 
más cara, 
la perla preciosa, 
la luz de mi alma que mora en silencio. 
Ingeniero, mago, caminante, amigo, 
jardinero, esposo, guerrero o cautivo… 
Quienquiera que seas ahora, permanece a mi lado… 
                                               

                                                         … y envejece conmigo.


El olor de la muerte

Ésto, más que un relato es el testimonio de una experiencia personal. Una de esas que marcan, que obligan a cambiar, porque después de tomar conciencia de ciertas cosas, uno jamás volverá a ser el mismo. Por razones evidentes, sobran las fotografías. 

24 de Junio de 2012

La visita se realizó en completo silencio. Ninguno de los participantes osamos siquiera formular una sola pregunta, hacer una observación en voz alta, emitir una opinión o un juicio. Las palabras sobraban. Todas. 

Los ojos contemplaron incrédulos las pruebas de aquel horror tan brutal mientras en el fondo del alma cada uno de nosotros se preguntaba: “¿Qué mierda tiene que pasar por la cabeza de un ser humano para llevar a cabo algo como esto?” Nadie halló la respuesta… 

Indudablemente el hombre es capaz de la más espantosa de las crueldades, y al mismo tiempo de la más férrea resistencia ante cualquier adversidad. 

Imposible quedar indiferente ante semejante página de la reciente historia… 

Quisiera poder compartir con mis amigos lo que he sentido, pero no puedo, por la sencilla razón de que no lo sé… y aunque a mis labios arriban las palabras: tristeza, dolor, rabia, miedo… creo que la que mejor define lo que en mi corazón late es “sorpresa”. Quizá algún día pueda explicar el porqué… 

Para los que no lo saben, hoy he visitado Auschwitz. 


sábado, 4 de mayo de 2013

Déjame



Déjame que te mire a través de la niebla 

de mis ojos cansados 

alejarte sin prisa por el camino 

angosto de mi pueblo dormido. 

Y que busque la huella que no 

dejan tus pasos en la calle empedrada 

como he buscado en vano 

me regalen tus manos 

la encendida caricia 

que jamás te he pedido. 



Déjame que recuerde la canción de tu voz 

cuando me hablas 

sin saber que aceleras de mi necio 

corazón los latidos. 

Y que invente palabras 

que desnuden el alma de pudores 

floreciendo en tus labios 

pegados a los míos. 



Déjame que le explique al agua 

de la fuente, con mis lágrimas, 

la insondable tristeza 

que atraviesa mi pecho 

cuando finjo 

que no eriza mi piel 

ese roce casual de nuestras manos, 

y el frío de tus ojos no descubre 

la pasión en los míos. 



Déjame que perfume con jazmines la casa 

a la que tú no llegas 

y que sueñe mi alcoba 

de tu olor impregnada, 

y en ese sueño prohibido, 

amanéceme tuya 

rozando con tus dedos mis caderas 

pero no me despiertes 

si es que al abrir los ojos 

te habrás ido.

sábado, 30 de marzo de 2013

La Cruz del Sur




Estío,
medianoche.
La brisa balancea
levemente el cedrón
perfumándonos el aire.
La casa se estremece frente a tanto silencio.
Dos jirones de nubes
inmóviles observan, como tú,
las estrellas...
Buscas en nuestro cielo
no sé que raro misterio...

Mis ojos te acompañan en ese extraño viaje
mientras descubres seres rondando el infinito.
Tu mano distraída va dibujando lunas
en la piel de mi espalda
bajo el blanco vestido.

¿La ves?
Aquella es,
apenas reclinada sobre el negro horizonte,
la que antaño fue guía generosa y espléndida
de arrojados marinos,
la que señala el sur sin titubeos...

¡Qué maravilla esconde su aura
luminosa,
sínople y plata!

(Oigo tu voz quebrada
rendirse ante tanta rutilante belleza)

Contémplala, mi amor,
contémplala sin tregua ni final,
esa es la Cruz del Sur,
mi Cruz del Sur.
Mírala eternamente desde el sueño
porque cuando despiertes
volverás a perderla una vez más...
volverás a saber
que ya hace mucho tiempo
la hemos abandonado.

viernes, 22 de marzo de 2013

Bichicome

(dedicado al viejo Tino, que vivió como indigente, aunque no indigno,  
y pereció a manos de la brutalidad y la intolerancia) 

Foto: rafaelgershom.blogspot.es


Con los ojos sangrantes miraba; 

y con desprecio.

De niña me asustaban su voz de pucho y vino, 

los dedos amarillos y resecos, 

las uñas renegridas, 

el olor repugnante de la roña 

y aquel gesto de fiera acorralada.




Algún hombrecito emponzoñado 

de alma uniformada 

pensó entonces 

que deslucía con su peste las calles de mi pueblo. 

Y le mató 

dejándome la culpa adolescente 

por el asco y el miedo… 

un espanto que regresa a mis noches todavía, 


cuando la tormenta rasga 

con su puñal de estruendo el cielo renegrido


como las uñas del viejo Tino. 

sábado, 16 de febrero de 2013

Reclamo de inmediatez



Hace días que llueve sin descanso. La ciudad agradece la limpieza y brilla de contenta por todos los rincones.

Tengo ganas de verte. No sé si sea la lluvia la culpable de tantos desencuentros. Lo cierto es que te busco y solo veo tus huellas en forma de pompas de jabón,  de tazas de café, o de calderilla abandonada al fondo de un cajón. Tu rastro es mi esperanza, pero es solo eso, una vaga señal de que estuviste, en alguna esquinita de un sueño a la hora de la siesta, en  un puñado de motas de polvo, atrapadas en los rayos de luz que se cuelan por  las rendijas de mis persianas maltrechas. 

Yo quiero ver tu rostro escondido tras las cortinas verdes,  quiero  leer las respuestas en tus pupilas negras sin la necesidad de repetirte siempre las mismas preguntas. Presumir tus sonrisas. Anticiparme a tus peros... Esperar que contestes, pero solo un segundo, o dos... o lo máximo cinco... No quiero aguardar una eternidad para saber que estás, o que estuviste.

Te necesito ahora. Sin demora. 
                  Sin excusas. Sin motivos…