lunes, 13 de mayo de 2013

Desconocido...




Desconocido es este miedo para mí y en él no me reconozco. 
Desconocida la certeza de abandono 
y el trémulo temblor de estas verdades 
que desencajan el universo a nuestro paso. 
Ignoto el despertar de una demencia engendrada en falacias, 
Incierta lucidez que ya me alcanza 
desdibujando la senda de mi huida, 
me golpea en la frente, 
y me cubre de oprobio. 


Desconocido este lobo que me aúlla a orillas del camino,
presagio de naufragios, 
recuerdo de lo frágil de todo fundamento, 
lo irremisible de la muerte, 
lo grotesco de la vida, 
y el espanto brutal del desarraigo. 


Desconocida toda yo, ante el espejo, desnuda. 
He dejado olvidada en un lejano desván toda la ropa 
y me enfrento al vaticinio del final de todos los finales, 
sacrificado el amor ciego en un altar, 
callado para siempre su motivo. 
Poblada de dolores mañaneros, 
acontece en mi vientre 
el parto natural del extravío, 
impía locura, 
que se hace silencio en mis pupilas 
y bramido feroz en la cabeza 
que estalla en mil pedazos. 
Es el alma inocente deshecha en llanto. 

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