lunes, 6 de mayo de 2013

Quienquiera que seas


Quienquiera que seas 
has ido tan lejos 
dentro de mi reino 
tan hondo 
has penetrado en mis tierras 
que ya no hay secretos para ti, 
mi dueño, 
no tengo ni un solo refugio en tinieblas, 
desnudas mi alma con solo mirarme 
mi infierno y mi cielo 
conquistas, 
quienquiera que seas. 
Quienquiera que more dentro de tu pecho 
conjuras mi dicha 
con magia tan cierta, 
ahuyentas el miedo, despliegas mis alas, 
silencias el mundo 
sin hablar siquiera. 
Detienes el péndulo que 
acompasa el ritmo 
de nuestro universo, 
quienquiera que seas. 


Quienquiera que sea el que ha sembrado rosas 
en el abrojal 
que cercaba mi celda, 
y ha mudado en lilas, azules y blancos 
los grises y endrinos y pardos 
de mis tardes lentas. 


Quienquiera que fuese 
el guerrero errante que empuñó la espada 
de fuego, y sin tregua 
combatió a los mismos enemigos míos 
y alcanzó en mi nombre 
la soñada estrella. 

Quienquiera que hollara 
a la hermética cámara 
El camino perdido, 
ha devuelto la lumbre a mi hogar 
verdadero, 
la llama del fuego sagrado 
ha encendido, 
y otrora olvidadas vestales regresan 
a guardar el nido. 
Quienquiera que seas…

La Tierra y el Cielo has unido. 


Quienquiera que seas, amor,
has hallado 
la fuente secreta que guarda el misterio, 
y alzaste la torre que encierra la joya 
más cara, 
la perla preciosa, 
la luz de mi alma que mora en silencio. 
Ingeniero, mago, caminante, amigo, 
jardinero, esposo, guerrero o cautivo… 
Quienquiera que seas ahora, permanece a mi lado… 
                                               

                                                         … y envejece conmigo.


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