lunes, 6 de mayo de 2013

El olor de la muerte

Ésto, más que un relato es el testimonio de una experiencia personal. Una de esas que marcan, que obligan a cambiar, porque después de tomar conciencia de ciertas cosas, uno jamás volverá a ser el mismo. Por razones evidentes, sobran las fotografías. 

24 de Junio de 2012

La visita se realizó en completo silencio. Ninguno de los participantes osamos siquiera formular una sola pregunta, hacer una observación en voz alta, emitir una opinión o un juicio. Las palabras sobraban. Todas. 

Los ojos contemplaron incrédulos las pruebas de aquel horror tan brutal mientras en el fondo del alma cada uno de nosotros se preguntaba: “¿Qué mierda tiene que pasar por la cabeza de un ser humano para llevar a cabo algo como esto?” Nadie halló la respuesta… 

Indudablemente el hombre es capaz de la más espantosa de las crueldades, y al mismo tiempo de la más férrea resistencia ante cualquier adversidad. 

Imposible quedar indiferente ante semejante página de la reciente historia… 

Quisiera poder compartir con mis amigos lo que he sentido, pero no puedo, por la sencilla razón de que no lo sé… y aunque a mis labios arriban las palabras: tristeza, dolor, rabia, miedo… creo que la que mejor define lo que en mi corazón late es “sorpresa”. Quizá algún día pueda explicar el porqué… 

Para los que no lo saben, hoy he visitado Auschwitz. 


No hay comentarios: