Ha vuelto tu silencio...
¡hacía tantos años que no nos visitaba!
Ha vuelto sin razones,
y con él, el dolor que habíamos olvidado.
Vino desde ¡quien sabe que recónditas sendas!
llegó como un regalo macabro
de la muerte...
y se instaló en tus manos
en tu frente arrugada
tapiando las ventanas que abrías a la tarde...
Desde que ha regresado
no sé donde buscarte
te escondes en los pliegues de su túnica oscura
y no hallo tu rastro
ni siquiera tu sombra
se me han roto los ojos tratando de encontrarte.
Ha vuelto a enmudecerte
mientras yo desespero
a ocupar el reloj de nuestras horas juntos
sin dejarnos espacio ni tiempo para abrazos,
sin dejarnos al menos una rendija abierta
para que entre la luz
al mínimo descuido.
Tu silencio se escurre por los muros desnudos
se cuela entre mis libros
mancillando palabras
que huyen
y ya nunca regresan,
enlentece las horas en las que no hallo el sueño
se hamaca entre tus sienes
clavándote sus garras
deshojando en enconos
tus latidos hastiados de tanta soledad acompasada.
¡Cuánto dolor encierra tu silencio gastado!
que me revienta el alma de purita impotencia...
Si sufro yo, que puedo
a veces desterrarlo
gritándote a la cara mi rabia y desconsuelo
¡cuánto has de sufrir tú!
que apretando los puños,
te empeñas en desollar tu herida
mordiéndote los labios...
...convocando al silencio.
No hay comentarios:
Publicar un comentario