lunes, 5 de mayo de 2014

Paréntesis



Sea mi soledad el único tributo

al Dios Obstinación y sus sicarios, 

guárdeme Maya de ejercer su magia 

sin abolir la ralea de los que 

engendran esclavos.



Sea mi soledad ¡tan merecida! 

una forma de vida con la muerte 

hasta que cambie el viento

y sople desde el sur 

deshilachando brumas, 

barriendo nubarrones en mi orilla.



Sea una vez y otra, 

la primera,

y descúbrate más allá de las montañas

ávido de ternuras tempraneras 

expectante y rendido a los ritos de amor 

que te enseñare. 



Sea el aliento helado de la muerte 

el que de vida a las llamas que se aúnan 

para forjar la perfección del cosmos 

en que nos transformamos … 



Sea tu soledad también la mía, 

y encuéntrense las dos para extinguirse 

entre tu cuerpo y el mío entrelazados...





Sea. Y cuando haya sido, 

entonces, 

hagamos un paréntesis...



¿Serías capaz, amor, 

de penetrar mi alma deshabitada,

y poblarla de estrellas?





1 comentario:

Humberto Dib dijo...

Profunda poesía...
Un abrazo.
HD