miércoles, 27 de julio de 2011

Versos de la Dama Triste





No escribo para vos.
Tus labios de cereza no están hechos para el sabor amargo de mis letras aullantes. Los versos que brotan de este manantial no llevan la alegría que tu alma precisa para sentirse plena. 
No hace falta que sepas del dolor insondable que se acuesta conmigo cada noche, en nuestra  cama…
No es preciso que tengas conciencia de esta muerte que es, cada mañana, amanecer cubierta de sal y despojada de toda esperanza… 

Escribo para mí.
Mis letras son la búsqueda infructuosa de un atisbo de luz, de un soplo de consuelo.
Esculpo pues palabras en miga de pan, y me las trago después rebozadas en ceniza… 
No quiero que me veas deletrear su silueta moribunda, que oigas las notas ahogadas de su llanto-réquiem, no quiero que presientas ni por un solo instante el augurio feroz de mi vejez prematura…
Me trago las súplicas de mi despedazada alma con la esperanza de que éste gesto te dé la posibilidad de ser feliz a espaldas de mi tormento.

No oses preguntar si esto es amor.
¿Acaso no lo ves?

Tan solo es miedo.

No hay comentarios: