martes, 25 de febrero de 2014

Los esposos

Para M. y R. 



Esconden en los ojos un misterio callado;
Quizás la rebeldía de emplazarse frente a frente
lo que queda de vida.
El augurio feroz de resistir a todas las miserias del mundo.
La voluntad salvaje de conquistar los días vestidos de promesas.

Su máximo tesoro consiste simplemente en el libre albedrío.
Libertad para entregarse…
infinitud en la entrega…
Reír como quien desgrana racimos de cristal
sobre un suelo de mármol.
Convocar la alegría en todas las trincheras.
Pelear hasta la muerte,
rescatarse del  tedio,
inspirar a los hijos,
construirse las alas…

Saben que su destino se escribirá por siempre
en una cinta blanca ondulando al aire,
que en el juego tardío se apostaron la vida
y ganaron la aurora, el oleaje, la luna,
el croar de las ranas;
el cordón con que atan la soledad insomne
a la cola brillante del cometa,
la explosión otoñal de color
del liquid ámbar.


Escriben sus verdades en las paredes húmedas
de la cueva sagrada,
se bañan en la orilla de un río que susurra
desafíos y honras,
ahúman en incienso los sueños desbocados,
se libran de los miedos ardiendo en una hoguera
que es más una delicia que un martirio.

Conocen su poder. Es la felicidad. 


lunes, 24 de febrero de 2014

Luna presa



Sospecho que hay un lago de cristal
adentro de tu alma
tan sumamente sereno 
que no hay calma comparable a su quietud, 
y que en él se dibujan las nubes paseanderas 
de mi cielo 
tiñendo de rosados, 
de platas y morados
de tu agua el azul. 

Sospecho que sumerges tus sueños
 en busca de sirenas 
y que entonces se agitan, 
rumorean, se rizan, 
se encaracolan las aguas, 
y emergen las burbujas 
traviesas desde el fondo 
portando voces niñas 
de las ninfas, 
ondinas y nereidas 
que juegan a prenderte 
para que no regreses 
a ceñirte a mi espalda. 

Sospecho que mi luna está presa en tu lago 
rodeada de quimeras 
que en vela desconoces, 
y que por eso pugna mi alma de repente 
por soñarte un instante 
irrumpiendo en tu sueño, 
para reconquistarla 
y volverla a ofrecer a tus manos heridas 
de nostalgia 
cuando el día despierte. 

Sospecho que tú nunca serás mío del todo 
hasta que no permitas 
que mis ojos se internen 
en las aguas tranquilas del lago de misterio 
donde mi luna llena 
cautiva permanece. 



domingo, 9 de febrero de 2014

Es la poesía





Una cornisa desde la que asomarme al mundo 

sin vértigo o zozobra. 

Un cuerpo de sirena, un huracán 

que destruya la falacia de la tierra. 

Una verdad prendida a la cola de un cometa. 

Una esperanza azul que debiera ser verde. 

Una pluma, un volcán, un infortunio gris que se torna en sonrisa. 

Un médano enlucido por la luna a medianoche. 

Un corazón, que cesa de latir cuando apareces. 

El filo de un cuchillo atravesando el tiempo de la dicha, 

las piedras con que hemos construido las murallas 

tras las que acechar la llegada del otoño. 

Sonido de campanas que repican 

reivindicando el sol en mitad de la lluvia. 

Eslabón de una cadena libertaria 

que me obliga a soltar lo que me sobra. 

Rey de noviembre. Vaivén de diente de león 

en medio del jardín. Gema semipreciosa, 

grito de espanto, sombra chinesca de un mundo inexistente, 

rayo de luz, que me atraviesa el alma… 


Esa eres tú, bella palabra, 

placer excelso, 

hoguera pertinaz en la que se consumen 

mis carnes y mis huesos 

presos del hechizo inefable de tus encantos. 

Esa eres tú poesía, hermana de sangre, Ave Fénix,

mi tesoro, mi estrella, mi fortuna.