sábado, 16 de febrero de 2013

Reclamo de inmediatez



Hace días que llueve sin descanso. La ciudad agradece la limpieza y brilla de contenta por todos los rincones.

Tengo ganas de verte. No sé si sea la lluvia la culpable de tantos desencuentros. Lo cierto es que te busco y solo veo tus huellas en forma de pompas de jabón,  de tazas de café, o de calderilla abandonada al fondo de un cajón. Tu rastro es mi esperanza, pero es solo eso, una vaga señal de que estuviste, en alguna esquinita de un sueño a la hora de la siesta, en  un puñado de motas de polvo, atrapadas en los rayos de luz que se cuelan por  las rendijas de mis persianas maltrechas. 

Yo quiero ver tu rostro escondido tras las cortinas verdes,  quiero  leer las respuestas en tus pupilas negras sin la necesidad de repetirte siempre las mismas preguntas. Presumir tus sonrisas. Anticiparme a tus peros... Esperar que contestes, pero solo un segundo, o dos... o lo máximo cinco... No quiero aguardar una eternidad para saber que estás, o que estuviste.

Te necesito ahora. Sin demora. 
                  Sin excusas. Sin motivos…